El ministro de Economía, Dr. Sergio Tomás Massa, que ya hace casi un año se hizo
cargo del ministerio y no puede controlar el flagelo de la inflación, la semana
pasada dijo en la localidad de Navarro, según transcribieron algunos medios
gráficos: “Tomamos la decisión de avanzar en un
programa de financiamiento de canje con los productores y exportadores para que
sea materia prima y que sea el producto de su trabajo el instrumento de pago en
fertilizantes, agroquímicos y en otros insumos”.
¡Por favor, ni él sabe lo que quiso
decir con ese texto que le escribieron! El financiamiento de insumos a los
productores por medio del sistema de canje contra el producido ya existe hace
décadas. Lo peor que podría suceder es que el Estado quiera meterse en el
medio, porque donde se mete el Estado distorsiona precios de mercado y genera
listados y requisitos para el beneficio de unos pocos vivos que se cuelgan del
sistema prebendario de este capitalismo de amigos que ya ha reventado, que no
da para más, ya que lo único que produce es más arbitrariedad, marginación y
pobreza.
Bastante ya tiene el ministro con
observar los nefastos resultados de la política agropecuaria llevada a cabo por
este Gobierno desde que asumió, no sólo a través del cepo cambiario que hoy
genera una brecha cambiaria de más del 100% en perjuicio de los productores,
sino a través de la suba de los derechos de exportación, el establecimiento de
prohibiciones a las exportaciones de carnes y granos, los volúmenes de
equilibrio y el manejo de los registros de exportación, los fideicomisos
trigueros y aceiteros, las restricciones a la importación de insumos, los
subsidios discriminados a ciertos abastecedores y los nefastos “dólares soja”,
que ya tanto habíamos criticado en sus fases uno y dos por las pérdidas
cambiarias ocasionadas y la emisión monetaria generada, retro alimentadora de
la inflación y que, se ha agravado con el soja 3, donde el Estado ya ha perdido
cerca de mil millones de dólares oficiales por diferencia de cambio desde su
comienzo el 12 de abril.
Por favor señor Massa, deje de pensar
en estos mecanismos maquiavélicos. El mejor incentivo para que los productores
se vuelquen a la siembra de trigo para la campaña 2023/24 es el “dejar hacer”,
sí señor, el cumplir con lo que marca la Constitución Nacional en cuanto a la
libertad de comercio y el ejercicio de toda industria lícita. Para ello,
debería eliminar de un plumazo los cupos de exportación, los volúmenes de equilibrio,
las restricciones al registro de Declaraciones Juradas de Exportación (DJVE),
la eliminación de los fideicomisos, el freno a la instrumentación de nuevos
“dólares agro”, habilitar los permisos de importación de insumos, suprimir el
encarecimiento de los créditos a los productores que retuvieron soja, propender
a la eliminación de los derechos de exportación y el sinceramiento del tipo de
cambio.
“Dejar hacer” en libertad al
productor ha de ser el mejor incentivo que se pueda instrumentar y si el tiempo
acompaña y se llenan los perfiles de agua de los suelos, le aseguro que
tendremos una muy buena campaña, sin temores de abastecimiento alguno y
volviendo a salir a cubrir los mercados externos que habíamos conquistado. Caso
contrario, si usted y sus equipos se ponen a pensar en mecanismos con
intervención del Estado, alimentará el panorama de desconfianza y desinterés
por parte del productor de granos.
Celebro que en recientes
declaraciones el CIARA-CEC haya marcado todos estos defectos en las políticas
instrumentadas por el Gobierno, que venimos denunciando en estas columnas de
opinión desde hace más de tres años.