Jesús Silveyra, administrador de
empresas, escritor de libros religiosos y autor de “Con gloria morir”,
una novela situada en la argentina de hoy, plantea las consecuencias
negativas pero también las positivas de la crisis en nuestra sociedad.
Parálisis vs.
acción: Muchos dicen que frente a la crisis hay dos comportamientos: la
parálisis y la acción. Hay una parálisis que tiene distintos
componentes. El primero es el económico, la recesión y, el segundo es
el psico social, causado por la frustración del pueblo argentino porque
sus proyectos no se materializan y no hay logros sino falta de
oportunidades. Esto produce una depresión. Pero hay gente que reacciona
y trata de sobreponerse al fracaso con más proyectos, y enfrenta la
adversidad con iniciativas. Por ese lado viene la salida.
Vuelta a lo
afectivo: Todo esto nos lleva a hacer una revisión de lo que tenemos, de
nuestros afectos. Hacemos una suerte de inventario de lo que somos. Y
llegamos a conclusiones. En cuanto a la familia, en los últimos años
hubo una fuerte destrucción de los valores, que se está revirtiendo.
Sin embargo, todavía hay un exceso de libertad, que llamamos
libertinaje, que tiene que ver con la destrucción de algunos valores
como, por ejemplo, la dignidad y el derecho del hombre a trabajar y
alimentar a su familia.
Pérdida de tradiciones: Estamos viviendo bajo
un síntoma globalizado que lleva a la pérdida de las tradiciones. En la
sociedad y la familia se van perdiendo producto del relativismo del
pensamiento que genera la globalización.
Mayor
conciencia social: La justicia social ha sido superada por el concepto
de la solidaridad, porque la justicia social depende de quién la mide,
de los jueces, y la solidaridad depende de todos nosotros.
Crisis de identidad y de cultura: Estamos
sumergidos en una crisis de identidad muy grande. Yo me pregunto qué me
gusta del país. Su territorio, su clima, la comida, la historia, la
manera de vivir la familia y los afectos, las mujeres, la moda... Creo
que todos tendrían que hacer este ejercicio, como un primer paso para
recuperar lo nuestro. Cultura es cultivo y se cultiva para obtener un
fruto. Acá estamos viviendo una cultura que no es cultivo sino que es
corte, no dejamos que nada crezca. Vamos a recuperar la cultura cuando
lleguemos a un vacío aun mayor.
La fuerza de la
fe: Yo siento el deber de luchar por mis raíces, por este país que
alguna vez fue grande y hoy está cada vez más vacío en su territorio,
porque la gente se va. En esta búsqueda por salir de la crisis, para mí
la fe es muy importante. Me considero un buscador de lo trascendente,
aquello que eleve mi humanidad, por eso soy escritor. Por eso tengo fe.